Y es que ahora no lo ves, la distancia acaba por agrandar los pequeños vacíos, tal vez ella te necesite como ese apoyo incondicional, tal vez, espera que todos se vuelquen un poco en ella, recordarla los motivos y razones de su marcha. De vez en cuando, en los momentos en los que las fuerzas fallan y las ganas se agotan, todo se acumula y acaba saliendo en forma de lágrimas que queman y ahogan.
Vete, aunque sé, que a pesar de distancias estás, aunque sientas que las fuerzas dejan de estar contigo; sigue, mantente, persigue tus sueños.
Seguro que al principio todo será duro, pero, terminarás por acostumbrarte a tu nueva vida, en un "nuevo" idioma, en la que los rostros no serán tan conocidos como los de siempre, las costumbres no se parecerán ni por asomo a las tuyas, el paisaje y el clima tampoco; pero, de todo se saca algo bueno y este, es el mejor momento, tú momento; pero, te prometo, que aquí te esperamos con los brazos abiertos.
Deseando escuchar tus aventuras, tus risas y llantos.
La distancia tan solo es una razón u obstáculo más que muchas veces nos impide poder perseguir o alcanzar una meta, tú no te rindas.
Insiste.
Persiste.
Que los valientes son los que se arriesgan, los que ganan, y, aunque no estén en estos momentos esos soportes que tantas lágrimas han limpiado, tantos consejos te han dado y tantas heridas han curado, están ahí a pesar de todo, a pesar de kilómetros, de distancias.
